Cuando hablamos del descanso como elemento fundamental de nuestros entrenamientos, no sólo nos referimos a los descansos que debemos realizar entre series o ejercicios. También debemos tener en cuenta el descanso entre entrenamientos, ya que es aquí donde nuestro cuerpo va a recargar las energías para poder volver a entrenar. Pero, ¿por qué es tan importante este descanso?.
Aunque nos sintamos descansados, el cuerpo tiene unos periodos de recuperación, y acortarlos puede significar someterlo a un esfuerzo demasiado intenso y sufrir desagradables consecuencias conocidas como el SSE: Síndrome de Sobreentrenamiento. Este fue el caso de Alberto Salazar, Geoff Roes, Mike Wolfe y, recientemente, de Bobby Clay (una joven atleta de tan sólo 20 años).
Uno de los primeros «grandes casos» de sobreentrenamiento: Alberto Salazar
Alberto Salazar es actualmente entrenador del «Nike Oregon Project«, pero entre los años 1980 y 1984 en pleno auge de su carrera profesional como atleta, Salazar batió tres récords de pista americanos y ganó tres años de forma consecutiva el maratón de Nueva York. Sin embargo, en 1984 su carrera comenzaría una cuesta abajo sin freno hasta su retirada en 1998. Ese mismo año, en 1984, Salazar finalizaría decimoquinto en el maratón olímpico en Los Ángeles.
Tras los JJOO de 1984, Salazar sufriría durante diez años continuas infecciones respiratorias, además de caer en una depresión. Durante este tiempo, intentó sin éxito averiguar qué era lo que le estaba ocurriendo, sin llegar a dar con un diagnóstico definitivo. El año de su retirada, en 1998, apenas era capaz de completar carreras que superasen los 30 minutos.
Tim Noakes, profesor de la Universidad de Cape Town, en Sudáfrica, clasificaría más tarde la repentina y crónica pérdida de rendimiento de Alberto Salazar con el término de Síndrome Miopático del Deportista Fatigado.
La importancia de prestar atención a las señales de nuestro cuerpo: el caso de Geoff Roes
Hablar de Geoff Roes es hablar de una de las eminencias en cuanto a ultratrails se refiere, pues cuenta con un palmarés realmente envidiable: en el año 2006 ganó su primera carrera de ultratrail en la Little Susitna (50 kilómetros), en 2009 estableció un récord en la Wasatch 100 con un crono de 18:30:55, en 2010 ganó la American River 50 Mile Endurance y la Western States Endurance Run con un tiempo de 15:07:04, entre otros datos.
Sin embargo, en el año 2011, Roes comenzó a notar que algo no marchaba bien: si corría distancias cortas o periodos de tiempo inferiores a cinco horas, se sentía «bien», pero cuando aumentaba la distancia o ese tiempo, los resultados se desplomaban y su rendimiento caía en picado. Intentó revertir esta situación aumentando sus descansos, pero los resultados apenas mejoraron. Y fue en el verano de 2012 cuando comenzaron los problemas más serios: debilidad muscular intensa, fatiga, entumecimiento, hormigueo, ansiedad… E incluso la necesidad de orinar cada 10-15 minutos en algunas carreras. Definitivamente su cuerpo había sobrepasados sus límites.
El propio Roes confiesa haberse sentido «realmente aterrado ante estos síntomas», y entre los meses de Agosto y Septiembre de ese mismo año, precisó acudir a urgencias al menos media docena de veces. Cuando por primera vez alguien le sugirió la posibilidad del Síndrome de Sobreentrenamiento (SSE), Roes pensó que era imposible que dicho síndrome presentara un cuadro clínico tan severo, pero conforme pasaron los meses y su condición física mejora de forma muy lenta, fue incapaz de encontrar otra explicación a lo que le había ocurrido que no fuer el SSE.
El caso de Mike Wolfe en la ultramaratón Transvulcania
La Transvulcania es una ultramaratón que desde el año 2012 forma parte de las llamadas Skyrunner World Series, siendo la prueba que abre el circuito.
El caso de Mike Wolfe es el de un abogado que dejó su puesto de trabajo para correr en el equipo atlético de North Face. Previo a su debut en la Transvulcania, Wolfe ya había obtenido victorias en el North Face Endurance Challenge Champioship en 2010 y en el Bighorn 100 de Wyoming. Sin embargo, en los entrenamiento previos a la carrera, Wolfe había anotado de forma repetida en su diario de entrenamiento que tenía la sensación de estar cansado, que no dormía bien y que la sensación de hambre era continua. Era el preludio del desastre que estaba por llegar.
El día de la prueba, Wolfe salió e hizo todo lo posible por mantenerse en el grupo de cabeza, llegando a realiza la primera subida de seis mil pies junto a Dakota Jones y el español Kilian Jornet. Sin embargo, a mitad de recorrido Wolfe comenzó a bajar el ritmo y terminaría la prueba en decimotercer lugar. Un duro golpe psicológico para él, cuyas causas no conseguiría explicar hasta pasado un año. Había sufrido SSE: Síndrome del Sobre Entrenamiento.
Sobreentrenamiento en la adolescencia: el caso de Bobby Clay
Bobby Clay es una joven atleta británica de apenas 20 años que hace poco ha sido noticia en numerosos medios deportivos por las consecuencias que el sobreentrenamiento ha tenido en su cuerpo a tan temprana edad.
«Tengo 20 años y nunca tuve el período. Tengo 20 años y padezco osteoporosis. Tengo 20 años y me he convertido en ‘esa chica’. La chica que entrenó en exceso, la que se quedó sin energía, de la que todos hablan pero piensan que a ellos nunca les va a pasar».
Bobby Clay
A los 15 años, Bobby Clay era una de las grandes promesas del atletismo británico, especialmente en pruebas de cross. Entre sus logros a tan temprana edad estaba ser miembro del equipo Sub20 a pesar de contar con tan sólo 15 años. Sus entrenadores le auguraban un gran futuro y, al mismo tiempo, intentaban que mantuviera los pies en el suelo. Sin embargo, cuando pasó del cross a las carreras de atletismo en pista fue cuando comenzaron a detectarse los problemas. A pesar de que como ella misma reconoce, entrenaba y competía como los demás, siempre quería más y más, pero comenzaba a sentir que le faltaban las fuerzas a pesar de seguir con su día a día.
A pesar de que fue sometida a exámenes médicos, y de que con 16 años aún no había tenido su primer periodo, el diagnóstico médico era de «desarrollo tardío», y la propia Clay veía como una ventaja respecto a sus rivales no tener el periodo.
Pero sería el año que cumplía la mayoría de edad cuando todo cambiaría y Clay sería consciente del extremo al que había llevado a su cuerpo: practicando natación, en un gesto tan simple como es un volteo, Bobby se fracturó uno de sus pies. Ante esta lesión fue sometida a diversas pruebas, y pudieron comprobar el estado físico en el que se encontraba su cuerpo: con apenas 18 años, Bobby sufría de osteoporosis y, ahora sí, debía parar de entrenar.
«En el deporte se han dado desde siempre casos que hemos catalogado como ‘pseudoanorexias’, porque cuando a un atleta una situación extrema en lugar de aumentarle su rendimiento se lo disminuye, es más fácil hacerle ver dónde está el problema. Otra cosa es que subyazca un problema psicológico de base, desencadenado por el deporte, que es más complicado de tratar».
Dr. Iñaki Arratibel, Universidad del País Vasco
Para recuperarse de las secuelas que el sobreentrenamiento dejó en su cuerpo y su organismo, Clay lleva varios meses sometiéndose a un «tratamiento de reemplazo hormonal» con el fin de poder aumentar la densidad ósea de sus huesos (además de haber recibido también tratamiento psicológico, ya que es muy difícil que un atleta reconozca que sufre sobreentrenamiento).
El RED-S: Relative energy deficiency in sports
El síndrome de RED-S (Relative energy deficiency in sports o Deficiencia energética relativa en el deporte) hace referencia a un deterioro de la función fisiológica incluyendo, entre otros factores, la tasa metabólica, la función menstrual, la salud ósea, el sistema inmunológico, la síntesis de proteínas o la salud cardiovascular, y está causado por la deficiencia de energía entre la ingesta y el gasto energético requerido para la salud y las actividades de la vida diaria y las actividades deportivas. A esta afectación de las funciones energéticas, menstrual y de salud ósea, se la conoce comúnmente con el sobrenombre de «tríada de la atleta femenina».
Como podemos ver el RED-S afecta a muchos aspectos de la salud de las atletas y, si bien hay factores como la alteración de la función menstrual que son propios de las atletas femeninas, este síndrome pueden sufrirlo igualmente los hombres, ya que el aporte energético puede verse reducido y ser insuficiente tanto si se es mujer como si se es hombre. Además, debemos señalar que en los primeros estadios, este síndrome es aún reversible, pero en los casos más graves pueden llegar a producirse alteraciones hormonales y en la densidad ósea irreversibles, con todo lo que ello significa para la salud de la persona.
Fuente: vitonica.com