La artrosis de rodilla es una enfermedad degenerativa que afecta a millones de personas en todo el mundo. Si bien no existe una cura definitiva, la investigación médica ha desarrollado una serie de tratamientos innovadores que pueden aliviar el dolor, mejorar la movilidad y retrasar la progresión de la enfermedad.
Tratamientos convencionales y novedosos
Los tratamientos tradicionales para la artrosis de rodilla incluyen:
- Fármacos: Antiinflamatorios no esteroideos (AINEs), analgésicos y, en algunos casos, corticosteroides.
- Fisioterapia: Ejercicios terapéuticos para fortalecer los músculos alrededor de la rodilla y mejorar la movilidad.
- Ayudas técnicas: Bastones, muletas o férulas para reducir la carga sobre la rodilla.
Sin embargo, en los últimos años han surgido nuevos tratamientos que ofrecen alternativas más eficaces y menos invasivas:
- Infiltraciones:
- Ácido hialurónico: Lubrica la articulación y reduce la fricción.
- Plasma rico en plaquetas (PRP): Estimula la regeneración del tejido articular.
- Células madre: Promueven la reparación del cartílago.
- Terapias regenerativas:
- Factores de crecimiento: Estimulan la producción de colágeno y proteoglicanos.
- Microinjertos de cartílago: Reemplazan el tejido dañado.
- Radiofrecuencia pulsada: Reduce el dolor al modular la actividad de los nervios.
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